Jose Luis

Jose Luis es un joven atlético, un poco mas alto que el promedio, con pelo rubio un poco largo y rizado, de piel blanca y uno que otro lunar en los brasos, cara muy apenas maltratada por el paso de la adolescencia, dientes blancos y una gran sonrisa, que cautivaba hasta a las mujeres ya mayores. Jose Luis tenia ojos azul claro, y una nariz ligeramente aguileña, dándole a su rostro, ese toque de masculinidad.

Jose Luis era de esos jóvenes a los que siempre les fue bien en su infancia, regulares calificaciones, nunca fue muy aplicado en clases, pero eso si, muy buen desempeño deportivo, ademas de tener muy buena relación con sus compañeras de clase. Era de esos que siempre estaban en fiesta en fiesta, conociendo a la mayoría de las personas de la universidad, incluso bien conocido en otras universidades. El carita, le decían sus amistades, ya que, entre sus amigos, era el que mas llamaba la atencion de las chicas.

Jose Luis se llamaba "Veterano" de la universidad, ya que llevaba estudiando un muy buen tiempo, todos sus compañeros de generación ya estaba graduados, pero el seguía asistiendo a la universidad, teniendo 5 años y medio en ella, siendo su carrera de apenas 3 años. Jose Luis estudiaba y trabajaba a la vez, asistiendo a la escuela solo varios días de la semana, llevando menos de la mitad de la carga completa, ya que él mismo era el que se pagaba los estudios, siendo por eso "veterano" y no "fósil".

Jose Luis tenia muchas pretendientes, pero el prefería ser soltero, poder andar por ahí sin tener que rendirle cuentas a nadie, pero eso si, contaba con varias buenas amigas, las cuales invitaba frecuentemente al cine, a pasear, o simplemente para pasar el rato. Jose Luis es completamente independiente, ya que sus padres están divorciados, y el, al cumplir la mayoría de edad, se fue a vivir con sus abuelos, con los que vive actualmente, en la capital del estado, en un cuarto independiente de la casa.

Jose Luis trabajaba en un taller de autos, localizado en la calle Dante Alighieri, a una media hora de la universidad, y a pocas cuadras de su casa. Jose Luis, ademas de vestirse con estilo, también se movía con el, dueño de una moto deportiva, si no estaba en la escuela, el taller, o en alguna reunión, se iba a las autopistas cercanas de la ciudad solamente para sentir la libertad de ser libre, como el explicaba a sus conocidos.

Quedan pocos días antes de regresar nuevamente a las clases, empezar cursos de nuevo. preparándose para llevar Desarrollo Empresarial, la cual era la 2da vez que llevaba la materia, conociendo ya al maestro, sabia que tenia que aplicarse, ya que el maestro era, como el lo llamaba, "un perro". La primera vez llevo solamente el primer mes de clase, ya que el maestro no se compadeció de el, reprobandolo rotundamente desde la primera parte del curso.

Era sábado en la mañana, Jose Luis se preparaba para ir a dar un paseo en su moto, esta vez, sin compañía, para poder disfrutar de la soledad, del viento, y de la tranquilidad de los alrededores de la capital. Ya en camino, cerca de la salida de la ciudad, sonó su celular, era su jefe, diciéndole que recién le llegaba un auto deportivo, el que necesitaba unos cuantos arreglos, así que le iba a pedir que asistiera el domingo, para poder entregar el carro el lunes. Jose Luis sabia que el domingo no iba a querer trabajar, así que aplazo el viaje para ir a trabajar en el auto deportivo, y poder descansar el domingo.

Después de trabajar todo el sábado en el deportivo, era domingo, y quería ir a recorrer las autopistas, y en camino, recordó que había dejado en el taller sus lentes oscuros, los cuales le permitían ver mejor la carretera. Llego al taller, y vio que en en frente, en la barra de la Gota de lupe, como el la llamaba (La Grotta del Lupo), una cafetería italiana, donde también vendían café, estaba una linda joven pidiendo algo de comer. Jose Luis se sintió un poco atraído, y decidió hacer como que reparaba el deportivo, estando este ya terminado, para poder ver mas a aquella linda chica, la cual se sento en una de las mesas de afuera de la cafetería, lo cual le permitió a Jose Luis, mandarle, de vez en cuando, una que otra sonrisa.